Maiakovski: Conversación con el inspector fiscal sobre poesía


MAIAKOVSKI

 

Conversación con el inspector fiscal sobre poesía


[Fuente]



Ciudadano inspector,perdone la molestia.
Gracias,
no se preocupe,me quedaré de pie.
Quiero tratar
un asunto bastante delicado:
qué sitio ha de ocupar
el poetaen las filas obreras.
Igual que los que tienen
tiendas y terrenos
también yo debo pagar
impuestos.
Usted me pide
quinientos al semestre
más veinticinco
por no declarar a tiempo.
Mi trabajo
es iguala cualquier otro.
Mire
cuántas pérdidas,cuántos gastos
invierto en materiales.
Usted sabe
naturalmenteeso que llaman rima.
Si la primera línea
termina en "ajo"
entonces, la tercera,
repitiendo las sílabas
debe poner
algo asícomo "cascajo".
Si utilizo su lenguaje
la rima es un cheque,
hay que cobrarlo alternando los versos
y buscas
con detalle sufijos y prefijos
en el cofre vacío
de las declinaciones,de las conjugaciones.
Coges una palabray quieres meterla en la estrofa
pero si no entra
y aprietas,se rompe.
Ciudadano inspector:
le juro
que el poeta paga caras
las palabras.
Hablando mi lenguaje
la rima es un barril
de dinamita,
y la estrofa es la mecha.
La estrofa se consume,
y estalla la rima,
y por el aire y la ciudad
la estrofavuela.
¿Dónde hallar,
y a qué precio,
rimas que estallen
y de golpe maten?
Quizá sólo sean
cinco las rimasincreíbles
y sin estrenar, perdidas
más alláde Venezuela.
Me voy a buscarlas,
haga frío, haga calor,
atado por anticipos, préstamos y deudas.
Ciudadano,
tenga en cuentael pago de los viajes.
La poesía
todaes un viaje a lo desconocido.
La poesía
es como la extracción del radio
-Un año de trabajo
para sacar un gramo.
Sacar una sola palabra
entre miles de toneladasde materia prima verbal.
Pero ¡qué ardiente
el calor de estas palabras
comparado
con la humeantepalabra bruta!
Esas palabras
mueven
millares de años,
millares de corazones.
Claro
que hay poetasde distinta calidad.
Muchos
de hábil mano,como prestidigitador,sueltan estrofas de la boca,
suyas y de otros.
Y para qué hablar
de los castrados líricos.
Meten un verso ajeno
y están felices.
Eso esrobo y despilfarro
uno más entre los que azotan el país.
Esos
versos y odas
aplaudidos
hasta la saciedad
entrarán en la historia
como gastos accesorios
de lo hecho
por dos o tres buenos versosde nosotros.
Muchos kilos de sal
habrás de comer
como suele decirse,
y fumar cien cigarrillos
hasta
sacarla palabra preciosa
de las honduras artesianas
de la humanidad.
Rebaje por eso
los impuestos,
quítele
una ruedaa los ceros.
Uno noventa
cuestan cien cigarrillos.
Uno sesenta
la arroba de sal.
Demasiadas preguntas
su formulario tiene:
¿Ha viajado
o no ha viajado?
Y si le respondo
que en estos quince años
he reventado
decenas de Pegasos,¿qué?
Póngase usted
en mi sitio,
piense en el servicio
y propiedades.
¿Qué ha de contestarme
si le digo que soycaudillo popular
y al mismo tiempo
trabajo a su servicio?
La clase obrera
vibra en nuestras palabras,
somos proletarios
motores de la pluma.
La máquina
del almase gasta con los años.
Dicen entonces:
estás gastado,fuera.
Cada vez amas menos,
te arriesgas menos
y mi frente
desgastadapor el tiempo no arremete.
Entonces llega
el desgaste mayor,
el desgaste
del alma, del corazón.
Y cuando
este sol,grande y redondo
se alce
en el futurosin lisiados ni tullidos,
ya me habré
podrido,muerto en una cuneta
junto
a decenasde mis colegas.
Hago
mi balance final. Afirmo,y no miento:
entre los vividores
y actuales fulleros
seré
el únicocon deudas impagables.
Nuestra deudaes aullarcomo sirenas de bronce,
entre la niebla filistea
y el fragor de la tormenta.
El poeta
siempre adeuda al universo,
paga con su dolor
las multas,los impuestos.
Adeudo
las calles de Broadway,
los cielos de Bagdad,
el ejército rojo,
los jardines de cerezos del Japón,
todo aquello
sobre lo que aúnno pude cantar.
Al fin y al cabo
¿para quétanto jaleo?
¿Para disparar rimas
y atronar con el ritmo?
La palabra del poeta
es su resurrección,
su inmortalidad,
ciudadano inspector.
Dentro de cien años,
en un pliego de papel
cogerán una estrofa
y resucitarán este tiempo
Y ese día
surgirá
con fulgor de asombros,
y olor a tinta
le envolverá en su vaho,
señor inspector.
Usted, habitante convencido
del día de hoy
saque en el Comisariado de Caminos
un pasaje para la eternidad,
calcule
el efecto de mis versos,
divida
mi salarioen trescientos años.
Mas la fuerza del poeta
no estriba
en que le recuerden a usted en el futuro
y se asusten.
No.
Hoyla rima del poeta
es caricia también,
consigna,látigo,bayoneta.
Ciudadano inspector,
pagaré cincoquitando los ceros que van detrás.
Por derecho
yoreclamo un hueco
entre las filas
de los obrerosy campesinos más pobres.
Y si usted piensa
que todo consiste
en saber utilizar
palabras ajenas,
entonces, camaradas,
aquí tienen mi pluma,
y escriban
ustedescuanto quieran.
VLADIMIR MAIACOVSKI
Rusia, 1893

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